Identidad Digital Auto-Soberana, centrada en el ciudadano
La identidad personal es un asunto fundamental para la garantía de los Derechos Humanos como son el reconocimiento de la personería jurídica, la nacionalidad y el derecho a la propiedad privada, por lo que la Identidad Digital constituye la transformación clave para la consolidación de la sociedad digital.
Para ejercer ciudadanía y acceder a los distintos servicios públicos y privados, se ha vuelto indispensable identificarse electrónicamente tanto en el entorno físico como virtual, con mecanismos que procuren la privacidad, autenticidad y seguridad de la información personal.
Tradicionalmente, la autenticación de la identidad personal consiste en la verificación física de un conjunto de datos que se encuentran en un documento o certificado emitido por una entidad de confianza, a menudo una autoridad. Así mismo, los datos personales están dispersos en custodia de entes públicos y privados quienes a menudo ponen poca atención en cuidar de ellos.
Ahora, imaginemos por un momento que cada ciudadano con total control sobre sus datos desde su «tarjetero personal» pueda autorizar a un prestador de servicios la autenticación del subconjunto relevante de sus datos, sin necesidad de transferirlos permanentemente; por ejemplo: edad, filiación, seguridad social, registro escolar, actividad económica, tributación, finanzas, voto electrónico y otros. Este modelo de identificación personal es conocido como Identidad Personal Auto-Soberana.
La Identidad Personal Auto-Soberana, por medio de tecnologías seguras y probadas como la Cadena de Bloques o Blockchain, permite la autenticación de identidad por medios electrónicos físicos y/o virtuales, otorgando al ciudadano total potestad de acceso y protección de sus datos personales, posibilitando además acceder a servicios de forma remota y en tiempo real a la población que por cualquier motivo no puede recibirlos de forma presencial.
En el modelo de Identidad Personal Auto-Soberana, los datos están descentralizados y almacenados en un formato criptográfico de llave asimétrica por lo que el ciudadano los puede compartir con seguridad sin exponerse a fugas de datos no deseadas. En este modelo descentralizado la validación de identidad se logra por consenso en una cadena de bloques, por lo que se puede garantizar que los datos no han sido manipulados.
A diferencia de los modelos de identidad centralizados o federados, en el modelo de Identidad Personal Auto-Soberana no existe un tercero que administre las credenciales y autenticadores, sino que el tercero de confianza se convierte en el mero emisor de identidad.
Una investigación del McKinsey Global Institute en 2019 manifiesta que «los países podrían desbloquear un valor económico equivalente a entre el 3 y el 13 por ciento del PIB en 2030 a partir de la implementación de programas de identificación digital», haciendo una clara distinción de los sistemas avanzados de identidad digital, debido a que estos almacenan y enlazan datos que habitualmente están dispersos, lo cual facilita y acelera la compartición de datos con consentimiento del ciudadano.
McKinsey en su estudio identifica 6 áreas clave en las que los sistemas de identidad digital apalancan la economía. Estas son:
-Comercio: Transacciones entre consumidores y proveedores de bienes o servicios (tiendas físicas o virtuales)
-Empleo: Intercambio de información entre empleadores y empleados, seguridad social.
-Micro-empresas: Transacciones entre microempresarios y sus clientes institucionales
-Gobierno: Interacción entre el estado y sus ciudadanos
-Servicios Públicos: Acceso sin discriminación a los servicios públicos
-Propiedad: Transacciones relacionadas a la certificación de propiedad y transferencia de la misma.
El modelo de Identidad Digital Auto-soberana emplea dos elementos básicos: el Registro Descentralizado de Datos Personales (cadena de bloques) y, el Tarjetero o Billetera digital. La interacción puede resumirse de la siguiente manera:
- El ente emisor entrega a la cadena de bloques el certificado o documento tokenizado y a su vez entrega al ciudadano las llaves privadas quien las resguarda con su tarjetero o billetera digital.
- El ciudadano que requiere identificarse con cierto proveedor de servicio o verificador presenta el documento tokenizado verificable, con una llave pública de vigencia limitada
- El proveedor de servicio verifica digitalmente la validez de dicho token en la cadena de bloques
A manera de ejemplo, la validación de un diploma académico podría realizarse de forma enteramente electrónica, de la siguiente manera:
En efecto los beneficios de un sistema de Identificación Digital Auto-Soberana son múltiples, pues reduce costos de protección de datos, reduce el fraude, facilita el on-boarding y provisión de servicios públicos y privados, potencia la historia clínica digital, promueve la inclusión financiera, posibilita el voto electrónico, entre otros. Una cadena de bloques soberana y abierta, puede ser usada por las diferentes organizaciones e instituciones para tokenizar contratos, certificados, documentos y demás datos que son susceptibles de autenticación.
La Identidad Digital Auto-Soberana es el mecanismo idóneo para que el Ecuador despliegue la línea de acción denominada Sistema de Autentificación de Identidad Digital, que es parte del plan Ecuador Digital 2019. Esta línea de acción constituye un habilitante clave para la verdadera transformación digital de los servicios públicos y privados centrados en el ciudadano.
Referencias:
https://publications.iadb.org/publications/spanish/document/Identidad-digital-auto-soberana-El-futuro-de-la-identidad-digital-Auto-soberania-billeteras-digitales-y-blockchain.pdf
https://www.mckinsey.com/business-functions/mckinsey-digital/our-insights/digital-identification-a-key-to-inclusive-growth